Sector Salud y crisis

El diario La Segunda cubrió el conflicto por el cual atraviesa la Clínica Las Condes, en donde apariciones y menciones negativas en los medios, despidos de médicos y sensación de mal manejo de la administración han ensombrecido su propuesta de valor.

Un extracto de ello, con mis aportaciones y el contexto de crisis reputacional, es lo que hablé con la periodista Ximena Pérez , junto a dos expertos, y recojo acá.

Desde agosto del año pasado, con la notificación por carta a los médicos de los cambios a sus condiciones económicas, la Clínica Las Condes (CLC) se convirtió en un foco de noticias que trascendió el frente interno. Y no precisamente positivas, sino sobre un conflicto que aún no para entre la administración y sus médicos.

"La marca se ha visto dañada, porque ha tenido muchas menciones negativas en los medios. Se empieza a olvidar la percepción positiva que existía de la clínica", dice Claudio Ramírez, socio de la consultora Consiglieri, dedicada a la reputación corporativa y manejo de crisis.

Y eso trae consecuencias. "La situación está ad portas de transformarse en una crisis reputacional, porque ya afectó a uno de los grupos de interés más relevantes: sus colaboradores, los médicos", agrega este periodista con 25 años de experiencia.

"Las crisis reputacionales ocurren cuando ya ha alcanzado la visibilidad de la mayoría de sus grupos de interés, generando un sentimiento mayoritariamente negativo. Todavía no ha tenido un impacto general en los pacientes y la ciudadanía que son sus otros stakeholders (grupos de interés)", agrega Ramírez.

A la fecha, cuatro de los ocho integrantes del comité ejecutivo del Cuerpo Médico, que negociaron los nuevos contratos, fueron despedidos. (ver recuadro)

"Detrás del conflicto se percibe que no hay un buen ambiente para trabajar y una mala administración de la compañía. Hay formas de negociar: si se llega a la instancia de presentar un recurso de protección (como hicieron 450 médicos de CLC el 3 de septiembre) quiere decir que el controlador ( no fue capaz de gestionar los intereses y anhelos de sus colaboradores más cercanos, los médicos", asegura Ramírez.

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