Sofofa: visión y empatía en tiempos violentos

 

Si algo podemos destacar de los resultados de las elecciones a consejeros (as) de la Sofofa, que se conocieron la semana pasada, instancia en que  el presidente de CMPC, Luis Felipe Gazitúa, logró una primera mayoría y donde presenciamos el ingreso de ocho destacadas mujeres al Consejo, es que el empresariado está reconociendo y asumiendo la urgente necesidad de un mayor activismo de la alta dirección, con líderes empresariales que no han tenido miedo alguno de sumergirse en aguas desconocidas, entrar al debate y, sobre todo, a la acción.

 Hoy, estamos viviendo "tiempos violentos”, marcados por un nuevo retiro del 10%, con iniciativas populistas a la orden del día y un crispado entorno social, político, sanitario y económico, junto con un profundo descontento, en diversas esferas y ámbitos. Sin embargo, es importante destacar que la abrumadora votación registrada por Gazitúa no debe, ni sería justo, entenderla como el resultado de una campaña comunicacional por un sillón del gremio empresarial, pues acá hay algo más. Basta recordar, a fines del año pasado, cuando el presidente de CMPC, sorprendió al reconocer, públicamente, la existencia de una deuda con el mundo mapuche, la que tenía que ver, según él, esencialmente, con algo muy central como es su dignidad. Asumiendo, además, que la empresa debía plantearse desde un rol distinto y contribuir a ser parte de la solución.

 Por otra lado, es importante destacar la irrupción, necesaria y refrescante,  de ejecutivas tales como Pilar Dañobeitía (SMU), Alejandra Mehech (Ultramar), Andrea Tokman (Tech Pack), Macarena Navarrete (EY Chile), Patricia López (CAP), Rosario Navarro (Sonda), Janet Awad (Viña Concha y Toro) y Victoria Vásquez (IST), todas ellas  líderes activas , que han manifestado públicamente su opinión sobre diversas temáticas, muy conectadas con la realidad, con sus grupos de interés y con lo que entendemos hoy por entorno.

 Por ello, esta elección no puede dejarnos indiferentes, pues estamos siendo espectadores de un proceso inédito, de una nueva  mirada empresarial y desde la alta dirección, donde vemos a líderes, hablando y, lo más importante, actuando, tanto de manera individual como a nivel gremial.

 Y, haciéndolo, sin ningún temor a que su actuar pudiese generar desconfianza y/o recelo entre sus pares o incomodidad para sus clientes y/o accionistas. Asumiendo el rol que necesitamos hoy, que es el de alinear sus objetivos corporativos, y gremiales con los requerimientos de la sociedad actual, entendiendo que nadie está solo y que lo que los afecta (empresas y gremios) a corto o mediano plazo, al final, nos impacta a todos.

 Versión reducida en Carta publicada en Diario Financiero

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