Resiliencia y propósito: Navarro en 12 claves

En una reciente entrevista con Diario Financiero, publicada el pasado fin de semana, Andrés Navarro, fundador de SONDA , compartió su visión sobre temas fundamentales como liderazgo, rol de la empresa, propósito, adaptabilidad y resiliencia, entre otros. Cada uno de estos resulta especialmente relevante en un entorno líquido como el actual, marcado por la incertidumbre y el cambio como un ineludible.

Por ello, y con el propósito de resguardar y poner en valor este contenido, especialmente dirigido a CEOs, directorios, alta dirección, ejecutivos(as) y emprendedores(as), me he dado a la tarea de diseccionar esta entrevista en doce temas clave que encapsulan su visión y experiencia acumulada en más de 50 años de trayectoria y múltiples emprendimientos exitosos, durante los cuales Navarro ha interactuado con entornos empresariales, políticos y sociales diversos, competitivos y, de por sí, en constante transformación.

Este análisis no busca ofrecer una interpretación periodística de la entrevista, sino más bien extraer insights estratégicos que pueden orientar y ayudar a identificar las prioridades clave en diversas organizaciones.

1. El rol de las compañías

Las compañías deben trascender la generación de riqueza para sus accionistas y comprometerse con un propósito más amplio que beneficie a toda la sociedad. Para Navarro, el objetivo es construir empresas que sirvan a todos los estamentos —clientes, colaboradores y la sociedad en general— promoviendo el bienestar común. Las empresas, en su visión, no son solo un medio para acumular riqueza, sino entes creados para cumplir roles esenciales, con un impacto positivo y reconocido por todos los sectores. Esta perspectiva, alineada en parte con los principios del Stakeholder Capitalism, propone que las empresas asuman una responsabilidad activa hacia el bienestar social y comunitario, actuando como agentes de cambio en un crecimiento inclusivo y sostenible.

2. Empresas como motores de crecimiento social

Las empresas tienen el compromiso de contribuir al crecimiento del país y mejorar las oportunidades para todos. Navarro considera que el rol empresarial no debe limitarse a responder solo a los intereses de los accionistas. sino que debe tener un impacto positivo y activo en el desarrollo económico y social. Para él, el crecimiento de las empresas está directamente vinculado a la posibilidad de generar más empleos, expandir el mercado y aportar a una economía inclusiva. Tal y como menciona, “el tema que más se aborda en círculos empresariales es el crecimiento y cómo, a través de él, se pueden dar más oportunidades a todos los chilenos”.

3. Resiliencia y crecimiento

El crecimiento de SONDA ha sido un reflejo de resiliencia y adaptabilidad constante. Desde sus inicios como proyecto familiar hasta convertirse en una empresa pública en 2006, cada paso fue meticuloso y sólido, sin saltos, tal como menciona el empresario. La apuesta de Andrés Navarro y sus hermanos por construir algo perdurable implicó decisiones estratégicas que siempre priorizaron el control y la visión a largo plazo. Hoy, con operaciones en 11 países y más de 15 mil personas, SONDA es prueba tangible de un liderazgo empresarial en Latinoamérica. “Ningún mercado aquí es fácil, pero avanzamos con convicción y firmeza”, indica.

4. Acceso al capital y riesgos del emprendimiento

Según el empresario, hoy en día es mucho más fácil levantar capital gracias a la amplia disponibilidad de fondos de inversión. Sin embargo, el emprendimiento sigue siendo un campo no exento de riesgos: de cada diez proyectos, solo uno o dos logran prosperar. Aun así, aquellos que tienen éxito suelen cubrir el riesgo de las iniciativas que no lo consiguen. Este ambiente de incertidumbre requiere que los emprendedores sean conscientes de los riesgos inherentes y adopten una perspectiva de largo plazo, comprendiendo que la obtención de capital no garantiza el éxito sin una sólida ejecución y una firme dedicación.

5. Compromiso y dedicación como pilares del éxito empresarial

La clave para que un emprendimiento prospere radica en el compromiso absoluto de sus fundadores. La motivación debe ir mucho más allá de buscar una ganancia rápida; los emprendimientos que perduran son aquellos en los que sus líderes se entregan por completo, construyendo algo que antes no existía. Este nivel de dedicación implica involucrarse en cada aspecto del negocio, desde las ventas hasta la administración de costos y la contabilidad. Tal compromiso requiere constancia y resiliencia, enfrentando cada desafío con la misma determinación con la que se celebran los éxitos. Solo con un compromiso de vida es posible construir un proyecto sólido, capaz de sostenerse y evolucionar en el tiempo.

6. Cultura organizacional

La visión de Navarro ha sido siempre construir una empresa cimentada en valores compartidos, donde el equipo funcione como un conjunto humano cohesionado y no como una estructura rígida. Para él, una organización no debe asemejarse a un ejército; debe ser un espacio de colaboración genuina, con poca jerarquía, en el que cada miembro se sienta partícipe y empoderado para aportar. La flexibilidad y la apertura son pilares en su modelo de liderazgo, pues cree que una cultura organizacional centrada en el respeto y el trabajo en equipo fomenta una innovación auténtica y sostenida. Esta filosofía no solo fortalece el compromiso, sino que también impulsa el crecimiento conjunto.

7. Administración responsable

Gran parte de su tiempo la dedica a asesorar en la administración y gestión de recursos, convencido de que una administración responsable es clave para el crecimiento sostenible. En su experiencia, los recursos deben movilizarse en inversiones estratégicas y proyectos nuevos que potencien el desarrollo continuo. Esta mentalidad de reinversión no solo promueve la expansión empresarial, sino que también refleja un compromiso con la creación de valor a largo plazo, alejándose de la acumulación pasiva y apostando por la innovación como motor de desarrollo.

8. El rol de los gremios empresariales en el desarrollo social

Navarro considera que los gremios empresariales tienen una función clave en liderar las discusiones públicas para construir un mejor futuro para Chile. Estos gremios no solo deben representar los intereses del sector, sino también promover una colaboración activa con el Estado y otros actores sociales, generando propuestas y soluciones que respondan a los desafíos nacionales. Para él, los gremios empresariales deben ser agentes de cambio que impulsan políticas y debates que beneficien tanto al sector privado como a la sociedad en general, contribuyendo así a un país más próspero e inclusivo.

9. Rol de los empresarios en el futuro de Chile

El empresario chileno debe asumir un rol que vaya más allá de la rentabilidad, orientado a la creación de valor real que beneficie no solo a los accionistas, sino también a los clientes, sociedad y otros actores. Este enfoque implica que el empresario, además de ser un generador de empleo y riqueza, se convierta en un actor relevante para el bienestar colectivo, promoviendo prácticas éticas y sostenibles. En temas de interés público, los gremios empresariales son los llamados a representar al sector y a participar en el debate nacional, aportando una perspectiva empresarial informada y responsable. El papel de los gremios es fundamental para defender los intereses del sector, permitiendo que los empresarios se concentren en dirigir sus empresas con integridad y visión social, asegurando que estas sean ejemplos de valor, innovación y compromiso con la comunidad.

10. Foco en la empresa, no en la política

Para Navarro, los roles de empresario y político deben mantenerse separados, ya que su combinación puede comprometer la transparencia y crear conflictos de interés difíciles de evitar. Aunque en teoría existen “murallas chinas” que separen estos ámbitos, él considera que, en la práctica, estas barreras resultan frágiles. Al involucrarse en política, un empresario arriesga su independencia y puede desviarse de su verdadera responsabilidad: construir empresas que generen valor económico y social de forma ética.

Por ello, Navarro sostiene que su rol debe centrarse en el desarrollo empresarial y en contribuir al progreso del país desde una posición autónoma. En su opinión, el empresario aporta más a la sociedad cuando enfoca sus esfuerzos en fortalecer su compañía, crear empleo y aportar valor a clientes y comunidades, manteniendo su independencia de compromisos políticos que puedan sesgar su visión o decisiones.

11. Legado

Inspirado por el consejo de su padre, su legado se fundamenta en la integridad y en el compromiso de ser “una buena persona” en todas las facetas de su vida: familiar, profesional y social. Evitar vicios como la soberbia, el egoísmo y la envidia se convierte en una práctica esencial, mientras que el cultivo de virtudes orientadas al beneficio de los demás marca el centro de su enfoque. Más allá de cualquier logro material, su legado reside en los valores que defiende y en las relaciones auténticas que ha forjado con aquellos que lo rodean.

Este legado trasciende el concepto de una herencia de principios, erigiéndose en una invitación a valorar las conexiones genuinas y a construir vínculos basados en el respeto, la empatía y el compromiso recíproco. Lejos de buscar reconocimiento, aspira a ser recordado por su carácter y su capacidad para impactar positivamente en los demás, fortaleciendo la comunidad y dejando una huella en cada interacción.

12. Adaptabilidad en entornos cambiantes

La adaptabilidad es esencial para el éxito empresarial en un entorno dinámico. La historia de SONDA es un claro ejemplo de ello. Desde su fundación hace más de 50 años, la empresa ha evolucionado constantemente, operando a la fecha en 13 países y adaptándose a las demandas del mercado. La salida a bolsa en 2006 no solo facilitó su acceso a capital, sino que también fortaleció su posición en el sector tecnológico.

Esta capacidad de adaptarse y responder a los cambios del entorno ha permitido a la compañía no solo sobrevivir, sino también prosperar, convirtiéndose en un referente en su industria a nivel local y regional.

Reflexiones

La visión de Andrés Navarro en torno a la resiliencia estratégica ofrece una guía relevante tanto para directores(as), CEOs, líderes empresariales, ejecutivos(as) como para emprendedores(as) que buscan construir empresas sólidas, sostenibles y comprometidas, con un planteamiento de ideas que destacan la importancia de integrar la creación de valor y el propósito en la estrategia empresarial. Navarro destaca cómo las empresas deben trascender el objetivo de rentabilidad para convertirse en agentes de cambio y de impacto positivo en la sociedad, una postura que cobra especial relevancia en el contexto actual de constante cambio e incertidumbre.

Desde mi perspectiva, hoy es fundamental que este liderazgo resiliente se adopte no solo como una estrategia ante adversidades, sino también como un compromiso integral con el desarrollo económico y social. Las organizaciones deben reflejar los valores de sus líderes, fomentando una cultura de integridad, colaboración y responsabilidad. Estas claves fortalecen tanto la reputación como el legado de la empresa, consolidando su posición en un entorno donde la confianza, la transparencia y el compromiso con los distintos actores son más valiosos que nunca.

Con todo, es necesario que los - y las- líderes empresariales vean y abracen la resiliencia estratégica, no solo como una herramienta para navegar en aguas tormentosas, sino como una responsabilidad hacia el futuro de organizaciones y comunidades.

Construir empresas sólidas y comprometidas requiere de liderazgos valientes y éticos, dispuestos a ir más allá de la rentabilidad para crear un legado que tenga un impacto real.

Un desafío que demanda visión, constancia y un compromiso profundo con todos nuestros públicos y el entorno. Solo así lograremos organizaciones que no solo prosperen, sino que también inspiren y generen un cambio significativo, real y que se mantenga en el tiempo.

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