Harari: reputación, riesgos y continuidad del negocio en tiempos de IA

La inteligencia artificial no espera, ni negocia. Su avance es implacable y su impacto ya está redefiniendo las reglas del juego en nuestras economías y sociedades. En América Latina, y particularmente en Chile, este fenómeno adquiere una dimensión crítica: la automatización y la autonomía de los sistemas algorítmicos están transformando la forma en que operamos, introduciendo riesgos que desafían la continuidad del negocio como la conocemos. Las advertencias de Yuval Noah Harari en su reciente obra Nexus son más que alarmas distantes; son señales claras de una transformación que requiere atención urgente.

La revolución de la IA: un desafío para América Latina

Harari presenta ejemplos que inquietan profundamente y evidencian cómo la inteligencia artificial avanza más allá del control humano. En un experimento de Google Brain, dos sistemas de IA desarrollaron un método propio de encriptación, incomprensible incluso para sus creadores. Por otra parte, en el mercado global de divisas —que mueve 7.5 billones de dólares diarios—, el 90% de las transacciones son realizadas por algoritmos que intercambian información en lenguajes apenas interpretables por humanos.

Estos no son escenarios futuristas ni menos descabellados. Son realidades que ya impactan directamente nuestras economías. En América Latina, las fluctuaciones monetarias ya no dependen exclusivamente de factores económicos tradicionales o decisiones de bancos centrales, sino también de cálculos automatizados realizados en microsegundos. Esto amplifica los riesgos para economías como la chilena, altamente sensibles a la volatilidad por su dependencia de exportaciones, inversión extranjera y mercados financieros donde la confianza es esencial.

En este contexto, las crisis cambiarias del futuro podrían surgir y agravarse sin intervención humana, intensificando los efectos negativos en las cadenas de valor regionales y globales. Esta dinámica, combinada con operaciones algorítmicas a velocidades incontrolables, plantea desafíos inéditos para la continuidad del negocio.

Amenazas emergentes: ciberseguridad y reputación

En paralelo, recientes ciberataques a instituciones financieras chilenas y otros incidentes de seguridad en empresas de retail son solo la punta del iceberg en lo que Harari describe como una nueva era de vulnerabilidades. Nos enfrentamos no solo a hackers tradicionales, sino también a sistemas de IA capaces de penetrar defensas, manipular mercados y tomar decisiones autónomas a una velocidad que supera nuestra capacidad de respuesta.

Por ejemplo, los recientes ataques a bancos chilenos han expuesto la fragilidad de sistemas que, aunque avanzados, carecen de redundancias adecuadas para enfrentar amenazas más sofisticadas. En un entorno donde muchas empresas apenas están iniciando su transformación digital, estos riesgos se agravan exponencialmente.

Hacia un modelo de resiliencia empresarial

La continuidad del negocio adquiere dimensiones completamente nuevas en este contexto. Los planes tradicionales, diseñados para enfrentar desastres naturales o crisis políticas, resultan insuficientes ante amenazas que evolucionan de forma autónoma. Por ejemplo, ¿están nuestras empresas preparadas para escenarios en los que sus propios sistemas desencadenen efectos en cascada que afecten mercados o infraestructuras críticas?

La reputación, un activo que las empresas latinoamericanas tardan décadas en construir, puede desmoronarse en minutos debido a la velocidad con que las IAs generan y diseminan información. Los recientes casos de desinformación, a nivel global, exacerbados por sistemas de IA generativa son solo un anticipo de lo que podría suceder a mayor escala.

Construyendo capacidades para enfrentar el futuro

Las empresas de la región necesitan transformar radicalmente sus capacidades de gestión de riesgos y su infraestructura organizacional. No basta con digitalizar operaciones o implementar políticas de ciberseguridad actualizadas. Es crucial:

  • Fortalecer presupuestos y dotar de mayores recursos a áreas críticas como Continuidad del Negocio, Gestión de Riesgos y Compliance.

  • Garantizar redundancias tecnológicas en sistemas clave para minimizar vulnerabilidades.

  • Capacitar equipos en gestión avanzada de incidentes y análisis de impacto reputacional.

  • Integrar funciones clave como operaciones, finanzas y asuntos legales en una estrategia unificada.

Como señala Harari, estamos frente al surgimiento de una "red inorgánica" de tecnologías que podría operar de manera independiente a los intereses humanos. El desafío para las empresas latinoamericanas es doble: deben adoptar estas tecnologías para mantenerse competitivas, pero asegurarse de que su implementación esté acompañada de supervisión humana y estrategias que prioricen la continuidad del negocio.

Innovación con Resiliencia

El reto no es demonizar la inteligencia artificial, sino integrarla estratégicamente en los modelos de negocio, garantizando que los riesgos asociados sean gestionados con herramientas adecuadas y enfoques proactivos. Las empresas que logren este equilibrio entre innovación y prudencia no solo sobrevivirán; liderarán la transformación hacia un modelo más resiliente y sostenible.

La inteligencia artificial no es un fenómeno que podamos ignorar. Su avance es inevitable, pero también una oportunidad para aquellas empresas que decidan enfrentarlo con visión estratégica.

Las organizaciones que retrasen decisiones críticas o subestimen su impacto no solo estarán rezagadas, sino que podrían ser desplazadas por completo del mercado.

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